sábado, 7 de febrero de 2015

Manuela Bodas Puente

 
El forense certifica: asesinada por una paliza brutal*


Larará, lararí, larará.

Yo fui un día,

flor del desierto, lluvia de vida.

Larará, lararí, larará.

Sigue cantando, aunque sea sin voz,

no pares, que no cese tu cántico interior,

tu mente necesita una melodía

para encajar los golpes,

para engañar al dolor,

para cegar el aullido de la impotencia.

Larará, lararí, larará

ya no siento la melodía,

mi cántico interior se está quedando mudo.

Esta vez ha ido demasiado lejos,

esta vez ha ido más allá.

Más allá debo estar

porque no hay luz, ni dolor,

ni humillación. ¡Se acabó la violencia!

Me estoy yendo. ¡Por fin!

Por fin ha llegado la hora del descanso.

Larararaaaa, laaaa.

Mi corazón ya no puede más, se apaga.

Mi corazón. Cuánto ha padecido

este músculo por equivocar los signos.

Signos de locura disfrazados de amor.

Los signos que no vi:

Mi madre abrazándome:

¡Hija, ven para casa una temporada!

Mi buena amiga suplicándome:

¡Déjalo que te va a matar!

¡Pero cómo puedes estar tan ciega!

Ahora ya descanso, La Parca

ha venido en mi ayuda.

Me ofrece sus manos de madre eterna.

En ellas quiero descansar,

descan, des…..

El forense certifica:

Asesinada por una paliza brutal.





*Música y palabras para curar el alma 25 noviembre 2014


Acto contra la violencia de género en el Conservatorio "Ángel Barja" de Astorga





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La luz despierta mis sentidos


La luz despierta mis sentidos.

La luz convoca las fuerzas atávicas del bien,

me despierta a la cósmica ilusión

del ser primero.

Del ser primero que seré,

del que fui, del que soy.

Del que soy, ahora,

consciente del latido de la sangre,

consciente de la llamada del final,

consciente del vuelo eterno de mi ,

consciente de la cima abierta a la nada.

La nada, ese ave invisible que me sustenta,

que me inicia en el todo, y el ápice.

La nada, me siento unida a ella como célula gemela,

como pasajera de su camino interminable,

como ilusión de un sueño hecho realidad,

como una aurora boreal estallando en el sol,

como una piedra llena de fluido visceral.

Cierro los ojos a la luz que despierta mis segundos,

los cierro y la luz me inocula su calma,

me convierte en una esfera tan diminuto,

que puedo entrar en las rendijas de los verbos,

donde se esconden los arcanos vivos del universo.

La luz me rodea convertida en bailarina de versos,

arrullándome en sus brazos de madre eterna.

Si cierro los ojos, puedo escuchar la luz,

aderezando el silencio, reposando en su lomo

como amazona errante de la galaxia,

como hermana de sangre,

como poema inmerso en la sima de la vida.

La luz me trajo y me llevará con ella,

por el mismo camino

por donde llegó la voz que me sustenta.

 

(c)Manuela Bodas Puente


Veguellina de Orbigo
León
España


Sobre la autora:
Manuela Bodas Puente


"Me llamo Manuela Bodas Puente desde el 21 de octubre de 1955, año de muy buena cosecha. Nací en Veguellina de Órbigo, provincia de León, España. Me gusta leer y escribir desde que tengo uso de razón. Esta afición, me ha dado muchas satisfacciones y sobre todo me ha servido de terapia cuando la vida se pone picuda.
Apenas tengo bibliografía, salvando dos pequeños libros de prosa, revistas periódicas, poemas, relatos y cuentos diseminados por distintos medios digitales y físicos.
He tenido varios premios en diferentes concursos desde hace años, pero es la propia necesidad de expresarme lo que me mueve a escribir, por eso casi todos los días escribo, hay que mantener al poeta que una lleva dentro.
Debido a esta necesidad, he conocido las revistas "BARCO DE PAPEL" y
"ARCHIVOS DEL SUR", y le estoy profundamente agradecida a Araceli Otamendi, por las oportunidades que me brindan sus publicaciones. ¡Gracias Araceli! Un abrazo
desde este rincón de España.
Manuela Bodas Puente".





 

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