martes, 10 de febrero de 2015

Sergio Manganelli

                                               "O tal vez ese viento,

                                                 que te arranca del aburrimiento

                                                 y te deja abrazada a una duda,

                                                 en mitad de la calle y desnuda"

 
                                                        Joaquín Sabina

 

 

 

"Se prohíbe la mendicidad"

presumía el histérico letrero

en la puerta del bar,

miré al pocillo

y protesté con la boca

aún amarga:

 

Prohíbo que te enfríes,

que perfumes a invierno,

incites al amor

o retrases el sueño.

 

Qué tentación mandar! -pensé-

como un pretor flamante

en su silla de Roma.

 

Y dispuse más firme:

 

Prohíbo la orfandad,

los padres sin memoria,

los pibes sin infancia.

 

Prohíbo la tortura

y la sangría absurda de la barbarie urbana.


Prohíbo el dolor

y su luctuosa partitura de muecas.

 

Prohíbo que me espanten las brumas

y las intermitencias.

 

Prohíbo la usura

que desguaza naciones y enluta las paneras.

 

Prohíbo sea del prójimo

la mujer codiciada.

 

Prohíbo la jauría

de los inquisidores.

 

Prohíbo que haya pobres

durmiendo en las veredas.

 

Prohíbo que la muerte aquiete las caricias

y hiele la entrepierna.

 

Prohíbo al que predica

parábolas de lucro.

 

Prohíbo que prohíba

el mandamás de turno.

 

Prohíbo que las emociones gocen

de menos chance que los emoticones.

Prohíbo que te inquietes

y cierres la ventana.

 

Prohíbo el pelotón

de fusilar franquezas.

 

Prohíbo al almanaque

multiplicar semanas.

 

Prohíbo los quirófanos

de extirpar la esperanza.

 

Prohíbo la sordidez

de los que nunca aman.

 

Les prohíbo a tus ojos

cerrar de madrugada.

 

Prohíbo que tu pecho

se estremezca en mi magia.

 

Y para concluir este códice

de ajado desaliento,

solo pido un deseo,

una tregua,

un absurdo,

una impúdica gracia:

 

Que ya nunca me asalte

una noche sin tu alba.

 

 

..................

 


Poema 43




Anoche viajé sin luces.

 

Regresando en la memoria

hacia esa patria

de exilio inevitable

que es la infancia.

 

Y supe cuan riesgoso

es conducir la pena.

Las pupilas

debieran venir

    con limpiaparabrisas.

 




 

POEMA 44




Viene la muerte y se instala

en tu riñón

tu boca

o tus pulmones,

te taladra la sien

o desquicia tu sístole

y tu diástole.

 

Se amarra

como un ancla de inciertos

en tu hipófisis,

tapona tus arterias

o te ahoga

de tos sanguinolenta.

 

Le hace zancadillas

al frágil porvenir

y se come tus huesos

como un pac-man,

o invade tu torrente

con furias de probeta

y vergüenzas genéticas.

 

La cosa es que ahí está.

 

Apática y paciente,

callada, estéril, prolija.

 

Tan ingenua y tan muerte.



Usa cada mañana tu cepillo de dientes.

 

Se sienta a tu costado

en la mesa del bar,

amarga tu café,

ahuyenta a tus afectos,

y hace un guiño burlón

ante cada punzada

o mareo de alerta.

 

Ella sabe que al fin de cuentas gana.

Pero uno no es tan fácil.

Uno silba hacia adentro

aquello de Beethoven,

sonríe fugitivo,

abraza con más pausa,

prueba todos los postres,

entibia cada copa,

rehúsa puñaladas dialécticas

y revive en las faldas

que vuelan en la acera.

 

 

Mañana nos veremos

y si no, paciencia.




(c)Sergio Manganelli




Acerca del autor

Sergio Manganelli nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967. Reside actualmente en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han sido publicados en una importante cantidad de diarios argentinos, de México y España. Asimismo en revistas culturales y literarias de Argentina, Cuba, Italia, España, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Brasil, Honduras, etc... Obtuvo una treintena de premios y menciones en su país y el extranjero. Se encuentra trabajando en la edición de "Sangre de Toro" -poemas y banderillas-, que se editará inicialmente en Buenos Aires y luego en España.

En 2011 ha ganado el Premio de Poesía de la Universidad de Cali, Colombia y el Premio de Poesía "Leopoldo Marechal", que otorga el Municipio de Morón, Buenos Aires, Argentina.





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